En la Feria del Libro de Sevilla se presentaron varios libros de la editorial Renacimiento, recopilando las cartas de varias escritoras españolas de la posguerra y el exilio: un volumen que reúne a Victoria Kent, Victoria Ocampo y Gabriela Mistral, otro de Carmen Laforet y el epistolario familiar de Elena Fortún. Se habló un poco, muy poco, de que no será posible crear libros así con autores contemporáneos: las huellas del presente desaparecerán cuando se apaguen los servidores. Fuera del interés literario, he lamentado muchísimo la desaparición por causas técnicas ajenas a mí de todos mis emails desde que empecé a enviarlos en torno a 1999 hasta 2014. Algo había ahí que deberían haber sido cartas de las de verdad.
Aquello me recordó algo leído precisamente en los primeros tiempos de la generalización del email. Antonio Muñoz Molina escribió una columna en El País hablando de lo romántico de las cartas, lo que el email nos estaba haciendo perder, sus inevitables ventajas… y lo que parecía un sencillo ejercicio de nostalgia, nuestro conocido old man yells at cloud, terminaba con una puñalada, y por eso lo recuerdo tan bien. Muñoz Molina se preguntaba qué artilugio futuro nos haría echar de menos los emails. Faltaba una década para que se generalizaran Facebook y Twitter.
Siempre he escrito muchísimo. Empecé con las cartas, a mano, en papel, seguí con internet, he tenido varios blogs intermitentes, temáticos o de soltar mi rollo. me enganché a los hilos de tuiter, que utilicé como borradores del blog. Llevo, sin embargo, meses sin escribir prácticamente nada fuera de apps de mensajería. Es un poco falta de tiempo y otro poco una sensación sorda y constante de que no tengo nada que decir que pueda interesar. Si interesa a alguien, ya nos tenemos en algún canal más privado. Me ha pasado infinidad de veces que he entrado en un post de alguna red social, de cualquiera de ellas, he escrito un comentario y lo he borrado sin publicar pensando que a quién le importaba lo que yo opinase, de verdad, el mundo está mejor sin ese tuit-post-mastodon-cosa. He tenido ideas, lo que me ha faltado han sido ganas de compartirlas. Y no, yo no escribo para mí. Escribo para alguien, reconozcámoslo, escribo con público. Como quien cuenta chistes, que solo tienen sentido si son escuchados.
Estoy intentando sacudirme el derrotismo. Y me siguen gustando mucho las cartas. Creo que uno de los errores de este nuevo formato fue proponerme escribir una vez al mes, porque es muy difícil convertirlo en rutina. El objetivo es escribir todos los martes o miércoles. Surgirán obstáculos y a veces diré “este miércoles no hay nada”, pero la intención estará ahí.
Ahora mismo tengo que enviar un paquete, una carta para responder a la de ese sobre marrón de la foto, e irme pensando los Christmas.
Qué he leído: Inmigrantes de segunda, de William González Guevara, XXXVIII Premio de Poesía Hiperión. Muy bueno, demasiado corto. El contenido es la denuncia ocial que el título sugiere, lo llamativo es su lirismo y musicalidad. nada de verso libre con la tecla Intro suelta.
Qué he visto: Voy por la mitad de Orange is the new black. Yo, a la última, como siempre. A ver… es que tengo Netflix desde un año después de que se terminara. Antes que eso vi The Last of Us, que no debería haberme gustado, pero vete a saber por qué, me encantó.
Qué he escuchado: música de este siglo. Evidentemente, sabía quién es taylor Swift, pero ahora le estoy encontrando el interés. Es que me estoy juntando con millenials.
El trabajo: Sí me llamaron para corregir Selectividad. No voy a repetir en muchos años porque no solo es cansado, es muy difícil de compatibilizar con el resto de mis obligaciones. El curso pasado terminó bien y este año tengo un grupo reducido, uno de la ESO, y dos bachilleratos. Estoy muy contenta con la combinación de grupos, el horario, y el ambiente en general.
Esta semana tengo que hacer un informe tipo “Se porta bien/mal, hace los deberes sí/no” de mis 95 estudiantes. Es pesadísimo, pero es una forma de evitar sorpresas desagradables cuando lleguen las notas.
¿He hecho algo que no suponga trabajar ni mirar pantallas? En seis meses, muchas cosas… recientes, he ido muchas veces a la feria del libro de Sevilla, donde he visto al sin par Irra Cerbero, la presentación de la que os hablo y la de las novelas de Silvia Hidalgo y Greta García.
Esta carta se ha escrito la noche del martes, en una habitación muy desordenada, escuchando Happier than ever de Billie Eilish.
gracias :)
¡Hola! Me ha gustado mucho esto, gracias por escribirlo :)