Aventuras de Chica Desastre, la nueva serie de televisión.
Solo empecé a ver Lady Parts porque era una serie musical, corta y humorística. No esperaba nada, y quizá por eso me gustó tanto. Sinopsis: un grupo punk formado por musulmanas londinenses decide que necesita una segunda guitarra, y la única candidata es la chica buenecita que no termina de encajar ni en el rollo punk ni en su ambiente de chicas buenecitas cuya idea de ocio es organizar bodas. Es totalmente coral y los subargumentos de las cinco están muy bien enlazados, pero lo principal son los conflictos entre Saira, la más rebelde, la más enfadada, la cantante principal; y Amina, un embrollo de indecisiones adorable e irritante por igual.
¿Es la religión un elemento importante del asunto? Sí, pero está todo tan bien hecho que es fácil universalizar. “Si quedo con esta panda de frikis, mis amigas de toda la vida me van a chantajear y van a decir que es por mi bien. ¿Y si tienen razón?”. Tienes al mismo tiempo la visión única y original de alguien que no es, ehem, un señor blanco hetero contándote otra vez lo mismo de siempre, y suficientes elementos que se entienden perfectamente, y sobre todo, que hacen que los personajes te importen, ya te caigan bien o mal.
La música no decepciona. La serie es un musical, no una comedia con canciones metidas aquí y allá. Es la educación sentimental de cada chica, y se nota. En fin, una serie en la que el segundo diálogo es una reflexión sobre la diferencia entre los grupos de rock con tres o con cuatro componentes ya me ha conquistado.
Y por qué el título de la newsletter de hoy? porque la verdad es que en Lady Parts iba viendo retazos de algunas series inglesas que he visto últimamente, sobre todo In my skin, Fleabag, y la primera serie de Phoebe Waller-Bridge, Crashing. Podría añadir Derry Girls, que es más humorística y con personajes más jóvenes. A saber: mujeres jóvenes. Conflictos personales que darían para drama pero vamos a hacer una comedia (In my skin no es una comedia pero tiene sus momentos). Una visión del mundo que tenemos poco vista, basada en todos los casos menos en Waller-Bridge en una combinación de etnicidad y clase social, despertares sexuales que en unos cuantos casos tienen contenido LGBT. Un pequeño spoiler, o no: las historias de amor tienden a acabar mal, pero es lo lógico: son historias casi autobiográficas, y ¿qué chica en su sano juicio quiere un final cerrado y boda con el amor de su vida a los veinte años? Las autoras tienen diez o quince más y saben que la vida no funciona así.
Pues eso, que veáis Lady Parts. Y que mi nuevo género televisivo favorito son las Aventuras de Chica Desastre. ¿Tenéis más recomendaciones?
Qué he leído: El primer volumen de La materia oscura y la mitad de Gideon the Ninth. Maravillosos ambos.
El trabajo: Agotador como cualquier fin de trimestre. Ya se va viendo el final. Mis grupos se han tirado la tercera semana del mes de excursión y me he pasado dos semanas con un plan para media clase, o para dos o tres alumnos, con o sin acceso a audiovisuales e internet. Eso, agotador. Me he apuntado a corregir Selectividad; si me llaman, será en el último momento.
¿He hecho algo que no suponga trabajar ni mirar pantallas? Me llevé al niño a su primer concierto: Rocío Márquez y Bronquio. La electrónica es su música favorita y sabía que le iba a gustar. Ha sido un mes intenso de escuchar Chemical Brothers y el álbum de Rocío y Bronquio en el coche. El concierto fue extraordinario, para él y para mí, y este verano quiero llevarlo a más.